Era una mañana

09.04.2020

Era una mañana como cualquier otra.

Yo, como siempre, me hallaba de mal humor.
Te regañe porque te estabas tardando demasiado en desayunar, te grite
porque no parabas de jugar con los cubiertos y te reprendí porque
masticabas con la boca abierta.
Comenzaste a refunfuñar y entonces derramaste la leche sobre tu
ropa. Furioso te levante por el cabello y te empuje violentamente para> que
fueras a cambiarte de inmediato.
Camino a la escuela no hablaste.
Sentado en el asiento del auto llevabas la mirada perdida.
Te despediste de mi tímidamente y yo solo te advertí que no te portaras mal
Por la tarde, cuando regrese a casa después de un día de mucho trabajo,
te encontré jugando en el jardín. Llevabas puestos tus pantalones nuevos
y estabas sucio y mojado.
Frente a tus amiguitos te dije que debías cuidar la ropa y los
zapatos, que parecía no interesarte mucho el sacrificio de tus padres para vestirte.
Te hice entrar a la casa para que te cambiaras de ropa y mientras
marchabas delante de mi te indique que caminaras erguido.
Mas tarde continuaste haciendo ruido y corriendo por toda la casa.
A la hora de cenar arroje la servilleta sobre la mesa y me puse de pie
furioso porque no parabas de jugar.
Con un golpe sobre la mesa grité que no soportaba mas ese escándalo
y subí a mi cuarto.
Al poco rato mi ira comenzó a apagarse.
Me di cuenta de que había exagerado mi postura y tuve el deseo de bajar
para darte una caricia, pero no pude.
Como podía un padre, después de hacer tal escena de indignación,
mostrarse sumiso y arrepentido?
Luego escuche unos golpecitos en la puerta.
"Adelante" dije adivinando que eras tu. Abriste muy despacio y te
detuviste indeciso en el umbral de la habitación.
Te mire con seriedad y pregunte: ?Te vas a dormir?,vienes a despedirte?
No contestaste. Caminaste lentamente con tus pequeños pasitos y sin que
me lo esperara, aceleraste tu andar para echarte en mis brazos cariñosamente
Te abrace y con un nudo en la garganta percibí la ligereza de tu delgado cuerpecito.
Tus manitas rodearon fuertemente mi cuello y me diste un beso
suavemente en la mejilla.
Sentí que mi alma se quebrantaba. "Hasta mañana papito" me dijiste.
Que es lo que estaba haciendo? ?Por que me desesperaba tan fácilmente?
Me había acostumbrado a tratarte como a una persona adulta,
a exigirte como si fueras igual a mi y ciertamente no eras igual.
Tu tenías unas cualidades de las que yo carecía: eras legítimo, puro,
bueno y sobre todo, sabías demostrar amor. ?Por que me costaba tanto
trabajo?,por que tenía el habito de estar siempre enojado??
Que es lo que me estaba aburriendo?. Yo también fui niño?
Cuando fue que comencé a contaminarme?.
Después de un rato entre a tu habitación y encendí una lámpara con cuidado.
Dormías profundamente. Tu hermoso rostro estaba ruborizado, tu boca
entreabierta, tu frente húmeda, tu aspecto indefenso como el de un
y dulce No pude contener el sollozo y cerré los ojos.

Una de mis lagrimas cayo en tu piel. No te inmutaste

Me puse de rodillas y te pedí perdón en silencio.
Te cubrí cuidadosamente con las cobijas y salí de la habitación.
Si Dios me escucha y te permite vivir muchos años, algún día sabrás que
los padres no somos perfectos, pero sobre todo, ojalá te des cuenta de
pese a todos mis errores, te amo mas que a mi vida.
Si lloras por haber perdido el Sol, entonces las lágrimas no te dejaran
ver las estrellas".

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